El rendimiento físico en ambientes calurosos es un reto de la fisiología del ejercicio. Ante las situaciones climáticas actuales y con las mejores competiciones en periodos estivales, son múltiples los estudios a cerca de las respuestas fisiológicas y los posibles métodos para mejorar el rendimiento en dichas situaciones. Además, con eventos deportivos tan importantes como los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 a la vista, el estudio de suplementos, técnicas de aclimatación y protocolos de hidratación se ha incrementado de manera considerable.
En Glut4Science hablábamos en una entrada anterior (ver entrada aquí), de un suplemento recientemente permitido por la WADA, que parece ayuda a la retención de líquidos y, por lo tanto, también a optimizar el rendimiento en ambientes calurosos y húmedos: el Glicerol.
Con este mismo objetivo final, aunque mediante otros mecanismos, analizamos la Menta y sus efectos en la sensación términa. No debemos de olvidar que el hipotálamo, como centro regulador de la temperatura central, juega un papel fundamental en la limitación del rendimiento físico en ambientes de extremo calor. En este sentido, la menta parece ejercer un rol importante en la sensación de frescor, mediante el estímulo de una cascada de reacciones, mejorando así el confort térmico y prolongando el tiempo de ejercicio hasta el agotamiento.
¿Cómo ejerce su efecto la menta?
¿Cuándo se ha visto que funciona y cuando no?
¿Cómo tomar la menta?
Aunque parece ser una ayuda con resultados prometedores y que, debido a su disponibilidad y accesibilidad, puede ser una opción real en el campo del deporte, todavía faltan estudios y líneas nuevas de investigación que analicen y determinen los mecanismos de acción, sus efectos y los protocolos de uso.
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