En esta ocasión te traigo una entrada breve pero necesaria para contextualizar y concienciar la importancia de nuestros órganos digestivos en el rendimiento deportivo. Y es que, a menudo, olvidamos cuáles son los principios fisiológicos básicos de nuestro organismo. Como mi objetivo no es que estudiemos a fondo la fisiología digestiva, me centro únicamente, abordándolo de una manera general, en un mecanismo de protección del estómago. Recuerda que este órgano es el primer paso limitante en la digestión y absorción de alimentos durante el ejercicio y, por lo tanto, uno de los motivos por lo que lo debemos entrenar (te recomiendo leer mi entrada y la del gran Jeukendrup sobre este tema).
En el deporte, como sabes, y especialmente en la búsqueda del máximo rendimiento (deporte de élite), se suele obviar o descuidar la salud del atleta. ¿Por qué hacemos esto si en realidad sabemos que es la base de la pirámide? No te sé responder a esta pregunta, pero sí que te puedo asegurar que aquel deportista que mantiene una salud estable (a todos los niveles) tiene el éxito asegurado. Con este éxito no me refiero a ganar carreras o partidos, sino a la capacidad trabajo, es decir, de poder cumplir su programa de entrenamiento sintiéndose bien, de ser constante y perseverante y, por lo tanto, de dar todo de su parte para poder obtener el otro éxito que he mencionado (las victorias).
A menudo a un deportista le exigimos, desde el punto de vista nutricional, un estrés que puede ser excesivo para, por ejemplo el sistema digestivo. Esto se traduce en posibles enfermedades infecciosas o de otra índole. Por ejemplo, un ciclista durante el Tour de Francia debe de comer una cantidad tremenda de comida fuera de la bici (desayuno y cena), ingerir decenas de productos y bebidas deportivas durante la etapa y, además, tomar la merienda y/o bebida recuperadora posterior de la etapa. Por no mencionar, también, la cantidad de líquido que tienen que beber para mantener el correcto estado de hidratación. Aquí puede ver una infografía más representativa que te ayudará a entenderlo. Esto, como imaginarás, es un trabajo extra para el sistema digestivo.
Sabiendo, además, que el sistema digestivo es un factor limitante y totalmente necesario en el rendimiento (sobre todo durante tanto tiempo, como en una gran vuelta), considero fundamental conocer las "tripas" (nunca mejor dicho) de estos órganos. ¡Vamos a por el estómago!
Pues bien, antes estas demandas que comentaba, entonces... ¿cómo reacciona nuestro estómago?
Por suerte, él mismo se autoprotege (aunque tenemos que ayudarle también), mediante la mucosa del mismo, que ejerce de barrera físico-química ante los jugos gástricos, comida, bebida y demás sustancias que pueda haber en el lúmen estomacal. ¿Cómo?
De esta manera, se protege tanto la mucosa como la integridad del estómago y se prepara el contenido del mismo para su paso al intestino delgado.
Es interesante recalcar que esta secreción aumenta cuando existe una inflamación o irritación, como sucede con el ácido acetilsalicílico (Aspirina) o los AINES (ibuprofeno), perjudicando la función estomacal. Su ingesta es muy común en el deporte y es algo que debería de evitarse totalmente. Aquí puedes leer más.
Aplicación práctica: Como vemos, mantener un estado equilibrado (en cuanto al ph se refiere) del estómago es clave tanto para la salud como para el rendimiento. Pongamos un ejemplo claro que te ayudará: ¿Sabías que los refrescos tienen un ph ácido y esto puede generar desequilibrios e inflamaciones en el estómago? Pues bién, ya tienes una pista de qué bebidas deberías de evitar, sobre todo, si estás en una prueba de más de 2-3 días de duración.
¡Nos vemos en la siguiente y, ya sabes, cuida siempre tu estómago!
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