La ingesta de los Hidratos de Carbono, su absorción, la capacidad de oxidación de éstos y el rendimiento de dichas variables durante el ejercicio es un tema principal en el estudio de la Fisiología del Ejercicio, el Metabolismo y la Nutrición Deportiva.
Por su parte, la absorción intestinal (en el enterocito) de los distintos monosacáridos, descompuestos previamente de los disacáridos o polisacáridos originales, está siendo especialmente estudiada por la comunidad científica. Desde el 2000, distintos autores se han esforzado en entender los mecanismos de absorción de los azúcares llegando a interesantes conclusiones y asentando las bases de la absorción intestinal. Posteriormente, Jeukendrup agrupó los contenidos en una interesante revisión que pareció ser una revolución en la Nutrición Deportiva. En ella, se daban a conocer, de forma más contextualizada los distintos mecanismos de absorción (distintos transportadores SGLT1 y GLUT5) de los azúcares (glucosa, galactosa y fructosa, respectivamente) durante el ejercicio. Con ésto, las guías de recomendacion de ingesta de Hidratos de Carbono durante el esfuerzo cambiaron a favor de una nueva tendencia. Estas guías se decantan ahora por ingestas mayores de azúcares por hora de ejercicio, llegando a los 90gHC/h, mediante el uso de distintos azúcares (dependientes de distintos transportadores). De aquí surge también la importancia del Entrenamiento del Sistema Digestivo (ver entrada aquí) y la capacidad de mejorar dicha absorción para aumentar el rendimiento deportivo.
Sin embargo, analizando la fisiología y las investigaciones propias, como las realizadas junto al grupo de investigación (Dr. Urdampilleta, Dr. Mielgo-Ayuso y colaboradores)(ver artículo escrito junto al Dr. Urdampilleta aquí), las prácticas puestas en marcha por deportistas de élite (ciclistas profesionales como Chris Froome, Primoz Róglic, etc. ya ingieren cantidades superiores a los 100gHC/h en competición), así como los métodos actuales utilizados por otros deportistas referentes y sus equipos de trabajo (Eliud Kipchoge, por ejemplo), existen razones más que evidentes para entender ingestas mayores a los 90gHC/h. Sobre todo, teniendo en cuenta el beneficio de éstas no solo en el rendimiento, sino también en la recuperación.
Sin embargo, en la ciencia no encontramos, por el momento, argumentos que expliquen y respalden científicamente estas prácticas y sus mecanismos de acción. Por ello, a cotinuación analizo este interesante estudio, basado en un modelo computacional de la absorción de la glucosa en el enterocito, que puede apoyar dichas teorías y ayudar a entender mejor dichos mecanismos:
¿Qué entendemos hasta ahora?
¿Qué hay de nuevo?
Este estudio analiza el papel del transportador GLUT2, no solo por su papel en la membrana interior (basal), sino por su posible rol en la membrana exterior (apical) para el transporte de glucosa. ¿Que se consigue ver en este modelo computacional?
¿Qué quiere decir esto?
¡Hasta aquí lo de hoy! Muchísimas gracias por estar ahí, nos vemos en la siguiente.
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